sábado, 17 de noviembre de 2007


Howard Phillips Lovecraft
(1890-1937) ha sido uno de los escritores de horror y ciencia ficcción más influyentes del siglo XX. Injustamente ignorado en vida, fue después de su muerte cuando el empuje de algunos amigos y colegas, empeñados en difundir su obra a cualquier precio, consiguió que se le prestara a su narrativa la atención que merecía. Hoy en día Lovecraft ocupa en el canon de la literatura norteamericana un lugar preeminente: recientemente ha visto publicada parte de su obra en la "Library of America" - una especie de "salón de la fama" literario- donde comparte catálogo con genios de la talla de James Fenimore Cooper, F. Scott Fitzgerald, Herman Melville, Mark Twain o Edgar Allan Poe (además de algún ex-presidente de los EUA)

Howard Phillips Lovecraft nace en 1890 en Providence, hijo del matrimonio formado por Windfield Scott Lovecraft, de profesion viajante, y Susan Phillips Lovecraft proveniente de una acomodada familia de la ciudad. Cuando Lovecraft cuenta tres años, su padre muere de Paresia, una variedad de la sífilis. Sin embargo la visión que tiene la crítica tradicional del padre de Lovecraft como una especie de donjuan rijoso puede ser inexacta: en unos tiempos (el siglo XIX) en que las relaciones prematimoniales no existían y donde el aprendizaje sexual de un varón se limitaba a una visita al prostíbulo, es muy posible que el padre de Lovecraft hubiese contraido la sífilis (que, recordemos, tiene un periodo de incubación a veces superior a los diez años), mucho antes de su matrimonio.

El joven Lovecraft fue convenientemente desinformado acerca de las verdaderas causas de la muerte de su padre, sin embargo la enfermedad dejaría indelebles huellas en la psique de su madre, convirtiéndola en una madre sobreprotectora y desequilibrada, obsesionada con el rechazo a cualquier tipo de manifestación sexual. Lovecraft, aunque la adoraba y siempre habló de ella con cariño y respeto, confesaría más adelante que su influencia sobre él resulto "devastadora".

Pronto otras desgracías se abatirían sobre la familia. Su abuelo Whipple Phillips, prominente industrial y verdadera figura paterna para Lovecraft en ausencia de su progenitor, se arruina y fallece, dejando a la familia en una precaria situación economica.

El joven Lovecraft era un niño brillante, lector y escritor precoz, aunque de salud algo débil e hiperprotegido por sus mayores. Una vecine recuerda cómo la niñera de la familia tenía que caminar encorvada mientras daba la mano a Howard en sus habituales paseos para que el niño no tuviese que "estirar el brazo más de lo debido"

Sus primeras aficiones, aparte, por supuesto, de lal lectura, fueron la química y la astronomía, en particular esta última llegando a editar una revista mimeografiada "The Rhode Island Journal of Astronomy", que luego distribuiría entre familiares y amigos. Es muy posible que sus malas notas en matemáticas (lo que le vedaba su acceso a la facultad de astronomía), fueran el origen de la depresión que le mantendría apartado del mundo de los 18 a los 26 años, convirtiendole en un recluso.

Fragmento de La LLamada de Cthulhu:
No hay en el mundo fortuna mayor, creo, que la incapacidad de la mente humana para relacionar entre sí todo lo que hay en ella. Vivimos en una isla de plácida ignorancia, rodeados por los negros mares de lo infinito, y no es nuestro destino emprender largos viajes. Las ciencias, que siguen sus caminos propios, no han causado mucho daño hasta ahora; pero algún día la unión de esos disociados conocimientos nos abrirá a la realidad, y a la endeble posición que en ella ocupamos, perspectivas tan terribles que enloqueceremos ante la revelación, o huiremos de esa funesta luz, refugiándonos en la seguridad y la paz de una nueva edad de las tinieblas.

Dos comics relacionados con el estritor:
1) El primero surge del amor por un bicho grande, amorfo y con tentáculos en la boca, sí, el siempre afable, simpático y hambriento Cthulhu. Se trata del web cómc Unespeakable Vault (of Doom) de Goomi Studio. Estamos ante la primera tira cómica dedicada a reflejar el día a día del bueno de Cthulhu, de su relación con la humanidad, que se limita a aspectos meramente gastronómicos, o la vida social de los Primigenios. La tira tiene una periodicidad más o menos bisemanal y la calidad es pasmosa, me cuesta creer como es posible hacer más de 250 chistes buenos teniendo como temática central a Cthulhu. Al final aprendes a apreciar a este chipirón gigante.
2) El segundo se trata de una producción nacional, desde Ses Illes nos llega el cómic de José Oliver y Bartolo Torres. El Joven Lovecraft se presenta también en formato de tiras de prensa narrando las peripecias, al más puro estilo gótico, de un Lovecraft con aspiraciones de escritor. Aunque nació como web cómic ha sido editado en papel por Diabolo Ediciones.

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